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domingo, 10 de julio de 2011

Corfú. Pateando Kerkira, la capital

Corfú es la más famosa isla jónica, muy cercana a la frontera albanesa. Nada más salir de la zona portuaria tomamos la avenida Ethnikis Antistaseos, disfrutando del mar que lo tenemos a la izquierda, enseguida vamos viendo la nueva fortaleza, y que vamos dejando a la derecha.
 Cuando llegamos a la ciudad lo primero que encontramos es la ciudad vieja llena de altos edificios con calles muy estrechas que componen un laberinto sobre una pequeña loma que culmina en una plaza situada en el alto, visitamos  una sinagoga judía situada en una de sus calles.

A primeras horas de la mañana todo está tranquilo, se puede pasear tranquilamente disfrutando de su sabor rancio que a veces recuerda algún barrio de Lisboa.


 La historia de la isla, se reparte entre romanos, bizantinos y sobre todo venecianos que la dominaron durante cuatro siglos, luego vinieron los franceses, luego los ingleses hasta que se anexionó a Grecia hace 150 años mas o menos. Da gusto patear sus calles llenas de ropa tendida en sus balcones aunque poco a poco van apareciendo en sus calles los nuevos invasores, los turistas (como nosotros), enseguida sus habitantes comienzan a salir y a colocar sus escaparates en multitud de tiendas de souvenirs que ocupan casi la totalidad de las calles de la ciudad antigua.
 Por la calle Theodosius salimos a la Explanada, un gran espacio abierto que contrasta totalmente con lo recorrido anteriormente, si bordeamos la Explanada por la izquierda se puede ver el Palacio de San Miguel y san Jorge que actualmente recoge el museo de arte asiático,si tenéis tiempo se puede entrar a visitarlo,
nosotros nos dedicamos a patear, por lo tanto seguimos de frente, después de recogerlo en nuestras respectivas cámaras. Seguimos bordeando la Explanada hasta llegar a una península donde se encuentra la vieja fortaleza veneciana,


hay que pagar 4 € para entrar, 2 € si tienes carnet de estudiante o algún carnet, porque creo que si le dices al portero que eres el alcalde de Fuengirola te deja entrar sin poner ningún "pero". Miramos el reloj y vemos que nos sobra algo de tiempo, así que decidimos entrar y ascender a lo mas alto de la ciudadela, por lo menos para ver la ciudad desde arriba.
 Cuando salimos de la fortaleza atravesamos la Explanada para bordearla en sentido contrario y pasear por el Liston una zona de cafés por donde lo hacen los habitantes de la isla. Atravesamos la plaza Enoseos para salir a un pequeño puerto de ocio situado al comienzo de una amplia bahía que recorre el paseo de Leosforo Dimokratias, lo seguimos un rato pero no tenemos tiempo de llegar al final, así que tomamos una calle a la derecha D. Vraila para entrar en la zona moderna de la ciudad y donde vive la mayoría de sus habitantes, como vemos que no tiene mucho interés, a la primera de cambio volvemos hacia la ciudad vieja. A la altura de la plaza Politi Nik,  hacemos un giro brusco a la izquierda para entrar en la bonita calle Gkyilfordou, o algo así, no es tan turística como todas las del centro de la ciudad vieja, pero para mí la más bonita, con sus pequeños cafés y sus tiendas de frutas,
 esta calle desemboca en el ayuntamiento de Kerkira.
A partir de aquí volvemos a entrar en la vorágine humana, callejeando a un lado y a otro hasta salir de nuevo de la ciudad a la altura de la fortaleza nueva, con muros altos e infranqueables y donde se concentran museos y exposiciones de fotografías, desde el alto hay bonitas vistas del puerto y de la ciudad. Ya no queda más que volver a puerto, lo hacemos por la avenida I. Theotokis girando unos metros antes de llegar a la avenida del puerto y tomar a la izquierda la calle Stradigou Xenofontos, paralela al puerto,


empedrada y tranquila con pequeñas tiendas y nada de turismo, curiosas las esquelas mortuorias colocadas en esta calle,  la seguimos hasta las inmediaciones de la entrada portuaria donde termina el pateo mañanero del día de hoy.

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