Si llegas por mar al puerto nuevo de Dubrownik, te tienes que batir el cobre para pillar un taxi, ya conocemos los habitantes que pueblan los alrededores de Mediterráneo la paciencia que tenemos para respetar una fila, una cola o lo que sea y la picaresca, fluye entre nosotros como la niebla en una fría mañana de invierno. Todos intentan pillar taxi primero utilizando todo tipo de artimañas. Nos encontramos a cinco kilómetros de la ciudad amurallada, en cierta manera se podía hacer andando, no tardaríamos más de una hora y de paso echaríamos un vistazo a las nuevas construcciones que se han levantado en esta ciudad después de la terrible guerra de los Balcanes. Unos cuantos intentamos organizar una cola, los taxis van llegando pero con cuentagotas, al final los que organizamos, nos quedamos los últimos y no tuvimos que batirnos con nadie, pagamos los 10 euros o las 74 kunas y media que cuesta el transporte y en cinco minutos en la famosa puerta de Pile.
La ciudad amurallada de Dubrownik, es pequeña y puede verse perfectamente en una mañana, siempre y cuando uno no se meta a ver museos, exposiciones u otra clase de eventos para los que hay que plantearse otro tipo de viajes.
Desde la Puerta de Pile |
La entrada principal es la Puerta de Pile, situada junto a la iglesia de St. Spasa, nada mas cruzar la muralla a la derecha frente a la fuente circular de Onofrio se pueden comprar las entradas de 3 euros para recorrer los aproximadamente dos kilómetros de muralla con sus 16 torres y ver la ciudad desde arriba.
Se baja por el mismo sitio que se sube a partir de aquí, comenzamos a callejear, calles empedradas con edificios de piedra y rojos tejados, edificios altos y callejas estrechas donde la ropa tendida tarda en secar en muchos puntos donde no penetran los rayos de sol.
La Placa es la calle principal que va desde la Puerta de Pile hasta la Torre del Reloj y se encuentra llena de tiendas de suvenirs y de restaurantes.
La Placa o Stradum |
Os voy a contar una historia curiosa que conocí cuando visité Dubrownik antes de la guerra, la Placa o via principal era un antiguo canal que separaba Dubrownik en dos partes y que sobre el siglo XII el canal se tapó colocando la famosa calzada de marmol que todo el mundo patea cuando viene por estos lares.
Callejeando, callejeando vemos un hueco en la muralla que sale al exterior donde se encuentra un bar sobre las cuatro piedras que hay entre la muralla y el Adriatico, el sitio es de postal con excelentes vistas de la isla de Lokrum, por supuesto que cayó la primera cerveza del día.
Seguimos pateando, bordeando la muralla por el interior para llegar a una placita con mesas de madera y una agradable sombra, nueva cerveza, esta vez una alemana, bávara para ser mas exacto La Trappe, de abadía, una gozada, disfrutando de la torre de la Catedral y del ir y venir de los turistas. Descendemos unas escalerillas y llegamos al mercado,
aún existe, era en mi anterior visita a Dubrownik, corria el año 1988, acababan de salir las cámaras de video, estabamos grabando el mercado cuando una señora que tenia un comercio de huevos, comenzó a tirarnos huevos, no le resultaba cómodo que la estuvieramos grabando.
Pasamos el palacio del Rector, la Torre del Reloj y la iglesia de San Blas donde un grupo de música y otro de danzas tocan y bailan canciones militares.
Volvemos a seguir por el interior de la muralla, es donde hay menos concentración de turistas, pasamos por una sexipeculiar fuente,
y descendemos por una de las estrechas callejuelas de nuevo a La Placa.
Volvemos a salir por la Puerta de Pile, una enorme cola para tomar un taxi y como buenos mediterraneos todo el mundo discutiendo, turistas con taxistas, turistas con turistas, taxistas con policias. Después de estar unos minutos en la cola, decidimos usar la picaresca, nos salimos de ella y nos vamos a buscar un taxi por nuestra cuenta, cosa que hacemos en cinco minutos, al pasar por la cola y ver el taxi lleno, todo el mundo nos grita y es que somos como somos.
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