A las 5 de la mañana salimos el viernes con destino a Segovia, estos compañeros mios que se dedican a machacar veredas, como yo, están de los nervios, a que viene eso de levantarse tan temprano, ya no se cuida como antes de los mayores, ahora o te adaptas o mueres-es un decir-en el intento. Prefiero adaptarme, así que cojo mi mochila con lo necesario y me encamino al lugar de quedada, Paco nos espera con la furgoneta preparada-es otro decir-para partir, aunque tenemos una avería en la dirección, Paco estuvo anoche hasta las doce parcheando por aquí y por allá-para eso es mecánico-para dejarla preparada.
Esta es la que nos lleva... y nos trae |
Vamos ocho de Mérida, en la salida de la prueba nos juntaremos con Manolo de Berlanga y José Luis de Almendralejo por lo que tendremos una representación extremeña de 10 personas conocidas, alguno más habrá que no conozcamos, espero que no nos lo tengan en cuenta.
Paco el mecánico, Manolo Guillén, Gerardo y yo con algunas pruebas en nuestras piernas, Domingo que intentará conseguir su primera prueba fuera de Mérida y tres debutantes: Miguel, Cati y Ana, su primera prueba de 100 km. creo que ha habido apuestas a favor y en contra de su finalización.
Parada en Madrid para desayunar, la furgoneta comienza a tirar líquido por los bajos, directamente al taller-menos mal que hemos salido temprano-solo tira líquido cuando se para el motor, compramos unas cuantas botellas para ir rellenando y a seguir hasta Segovia.
Hemos reservado en el hostal San Francisco http://www.hospedajesanfrancisco.com/ a cien metros de la meta y junto al acueducto, agradable, buenas habitaciones y a un precio bastante razonable para estar en el centro.
Cervecita junto al acueducto |
Al rico cochinillo |
Es la hora de la cena, mi estomago me dice que no, todo el grupo se va a comer algo, yo sigo haciendo turismo nocturno-será cosa de nervios-hasta la hora de dormir.
El material preparado |
Sábado, hoy es el gran día, volvemos a levantarnos temprano, hay que estar en Fuencarral en el lugar de salida antes de las 8:30 h. para entregar las bolsas que dejaremos en los dos controles de mitad de carrera para las necesidades personales: avituallamiento personal o ropa de abrigo para hacer el ultimo tramo cuando llegue la noche.¡Arrancará la furgoneta! dijo uno, lo justo para ir con el alma en vilo hasta el parking donde vemos un reguero de líquido después de toda la noche parada. Paco rellena, mete la llave y ... a la primera.
Por el camino tenemos que recoger en La Navata a Pepe, mi compañero de travesías que nos va a hacer el inestimable favor de devolver la furgoneta a Segovia, nada mas llegar a Fuencarral. ¡Gracias Pepe, siempre estás cuando se te necesita!
Cachondeito antes de la salida |
Miguel protegiendose de lo que se viene encima |
El ambiente de salida es impresionante, entre 550 y 600 participantes, tengo ganas de tomar un café pero es sábado y no hay bares abiertos tan temprano, sin la cena de anoche ni el desayuno de esta mañana, mal empiezo, tomo un par de plátanos que llevo para compensar.
Los Bellotos |
La organización da las últimas informaciones sobre la señalización y sobre controles de avituallamiento, mientras tanto vamos saludando a compañeros de otras pruebas: a Fran de Grazalema o a Isidro de Los Pretorianos de Tomares, deseándonos lo mejor en la prueba, y es cierto, aquí no hay piques todo el mundo se alegra de que el contrario acabe y de la mejor forma posible.
Hora de salir. Son las 9:05 |
La salida se da a las 9:05 h. la gente sale en tromba, en descenso, Paco y yo vamos juntos, cruzamos la carretera de Colmenar por un estrecho puente, seguimos descendiendo hasta una urbanización para salir a caminos anchos y con buen terreno, dejamos a la izquierda la estación de El Goloso, la temperatura de momento es buena, aprovechamos los descensos para correr y las subidas vamos andando.
Dejamos Madrid |
Por una senda estrecha con muchos sube y baja llegamos a la carretera de Colmenar que cruzamos por un puente superior hasta el primer punto de avituallamiento.
La senda con sube y baja |
He olvidado en la salida poner vaselina en mis pies, me detengo u poco para hacerlo, Paco continua, otro corredor me pide vaselina para sus pies, tomo algo de isotónica y continuo siguiendo el carril bici, al poco tiempo vuelvo a enlazar con Paco, seguimos corriendo. El calor comienza a apretar, en una de las subidas Paco me dice que continue que el calor lo está matando por lo que continuo solo hasta Colmenar donde saco algo de mi avituallamiento y tomo un trozo de sandía del control, estiro un poco y me preparo para salir, en ese momento llega Paco, me dice que continue que va a descansar cinco minutos, me arrimo a un equipo que va contando chistes hasta salir de Colmenar. Continuo solo a mi ritmo pero me da una pájara poco antes del kilómetro 30, en el control del Puente medieval tengo que sentarme para recuperarme, tomo algo de coca cola y espero a Paco que no acaba de llegar, continuo solo en una subida de cuatro kilómetros que se hace interminable y cuando el sol mas aprieta. Desciendo ahora fuertemente hasta el embalse de Santillana, teniendo de frente el Yelmo en la sierra de La Pedriza y abajo junto al embalse, Manzanares y su castillo.
Control de Manzanares |
Una ensalada de pasta que me supo a gloria en el control de Manzanares, con un solo pero, que nos dejaron al sol. En cinco minutos devoro la ensalada y cojo una botella de agua que bebo sobre la marcha, la tiro en un contenedor a la salida de la población.
Unos kilómetros adelante hay un pilar donde beben las bestias con un chorrillo, no llego para beber, maldigo haber tirado la botella, el corredor que viene detrás pregunta si es potable, no lo sé, no se lo he preguntado, trae botella vacía, me la deja y bebo medio litro, a mi compañero ya no le preocupó más si era potable, casi se atraganta con otra botella.
Subida hasta la plaza de Mataelpino, nuevo avituallamiento y nueva fuente en medio de la plaza, me refresco y empapo la gorra. Subida fuerte a la salida de Mataelpino y un llaneo muy bonito por una senda estrecha hasta una pista amplia con una fuerte subida hasta el pinar de La Barranca, creía que no llegaba, me tiré al suelo a descansar y a reponer, en diez minutos estaba listo, he subido con el amigo madrileño de la botella del que no sé su nombre.
Desde la Barranca descendemos por una estrecha carretera con bastante trafico, nos desviamos por un camino en corta pero fuerte subida y descendemos vertiginosamente hasta Cercedilla. Buen ambiente en el pueblo que va aplaudiendo conforme llegan los corredores, en el polideportivo, sello la tarjeta de control y recojo la mochila donde llevo ropa de abrigo, son las 7 de la tarde y desde aquí hay que subir 15 kilómetros hasta el alto de la Fuenfría, me cogerá la noche por el camino y hay que abrigarse. Como un poco de arroz y me pertrecho para los siguientes tramos.
Salgo de Cercedilla corriendo, ahora el sol ya no es muy fuerte, he comido y he descansado 15 minutos, desciendo hasta el cruce que indica a Las Dehesas, comienza la subida, adelanto a varios participantes que van muy machacados, entre ellos a un italiano, Teodoro Napoletano que se pega a mi y hacemos toda la subida juntos, encendemos los frontales a la altura de la carretera de la República, a las 22:00 h. estamos en el puerto.
Control del Alto de la fuenfria |
Alto de la Fuenfría km. 78,1 |
Llego al último control antes de Segovia, La Cruz de la Gallega, estoy en el kilómetro 89 y son las 12 de la noche, enseguida llega Teodoro, quiere retirarse, tiene un problema de menisco y lleva una rodillera, su frontal tampoco es bueno, en el puesto de control decide venirse conmigo, si corro lo dejaré atrás, así que decido acompañarle caminando.
Aunque parezca mentira, no son Los Beatles |
Desde La Cruz de la Gallega que es el último control ya veíamos Segovia al fondo y se hace interminable caminar los últimos once kilómetros. En las primeras edificaciones de Segovia Teodoro me pregunta que si corremos los dos últimos kilómetros que nos faltan, ¡encantado! nos ponemos a correr, disfrutando de las luces, de la gente que te aplaude que se encuentra en las terrazas en una noche de sábado, saboreando el final que tenemos cerca. Ya vemos el acueducto nos faltan 300 m. en descenso, la gente que se encuentra en la meta aplaude y nosotros disfrutamos como enanos por haber conseguido terminar. Teodoro y yo nos saludamos y nos despedimos, él se marcha rápidamente y yo espero en meta para ver entrar a otros participantes sobre todo alguno de mi grupo, pero enseguida me quedo frío y me voy al hotel.
Mis compañeros van llegando |
Llega la escoba y los mas duros |
Sobre las 3:30 h. entra Gerardo, mi compañero de habitación, a las 8 de la mañana nos levantamos Gerardo, Paco y yo y vemos entrar a los últimos participantes, preguntamos a la organización por el resto de compañeros del grupo y nos dicen que han entrado todos. Un subidón tremendo por entrar entre los 421 participantes que consiguieron llegar a Segovia ¡Enhorabuena a todos!
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