Imagen tomada de iquiquenoticias.blogspot.com |
Hay que ver la que se ha montao con la visita del Papa, miles de peregrinos de todo el mundo ocupando Madrid como si no estuviese lo suficientemente lleno, por otro lado los laicos que no se les ocurre otra cosa que montar (suena repetitivo) una manifestación en las mismas fechas, estaba claro que iba a resultar un desastre como así ha sido. Intento verlo desde un punto de vista neutral, no se si lo conseguiré, aunque yo me meta en el paquete de los laicos ya que hace tiempo que mi Dios no se lleva bien con el Dios de los cristianos, pero vamos por partes 1º A mi no se me hubiera ocurrido organizar una manifestación por el mismo lugar y los mismos días por donde circulan la mayoría de los peregrinos, estaba claro que habría conflicto. 2º Con mis impuestos, no a la visita papal, desde luego, con los míos tampoco, lo intento colocando la cruz en mi declaración de la renta en la casilla de otros fines sociales, entiendo que nuestros impuestos no los podemos controlar, no siempre van a donde nosotros queremos. Con mis impuestos, no a la fiesta del orgullo gay, dirían otros o con mis impuesto no quiero que traigan bandas de rock porque yo soy bacalaero, el dinero de mis impuestos no siempre va donde yo quiero, de momento es el estado el que se encarga de repartir el dinero, nos guste o no, alguien tiene que hacerlo y si el reparto se hace mal, elegimos a otros que lo hagan mejor.
Imagen tomada de 20 minutos.es |
Debemos de cambiar y dejar de ser tan intransigente, como intransigente ha sido el discurso de Benedictus, cuando dice que los laicos jugamos a ser dioses, al disponer de la vida cuando estamos de acuerdo en la legalización del aborto, pero que no se confunda, ¿se cree que tocamos las palmas cuando alguien aborta?, ¿o que celebramos una fiesta?. Creo que ninguna mujer desea abortar cuando la vida se complica, pero la puerta debe quedar abierta a cuando no quede más remedio. El Papa cree que jugamos a ser dioses cuando estamos a favor de la ley sobre una muerte digna, no quiere que podamos elegir sobre el momento en que uno ya no desea vivir, cuando los minutos, los horas, los días se convierten en un sufrimiento continuo.
La intransigencia de la religión y la intransigencia de los laicos, otro ejemplo en un mundo de luchas constantes y como dice Guardiola "algún día vamos a hacernos daño".
El polo opuesto a la intransigencia es el respeto, que lejos queda la bonita frase "mi libertad termina donde comienza la libertad de otro", que los cristianos disfruten de sus fiestas y los laicos se manifiesten contra lo que crean conveniente pero hubiera sido bueno haber elegido otra fecha para no coincidir los unos contra los otros, el respeto y la tolerancia son las madres de todas las batallas para una convivencia en paz, mientras no sepamos verlo, nos dirigimos directamente y sin remisión al conflicto, o quizás sea eso lo que buscamos.
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